En la parte externa del envase de los alimentos, suele ser posible conseguir información bastante útil especialmente a nivel nutricional, lo cual es ideal para escoger aquellos ingredientes que sean más acertados para la dieta diaria y la salud general.
Es precisamente por esa razón que resulta indispensable que el producto incluya la información mínima acerca de sus nutrientes, y para ayudarte en la elección, te compartimos algunos consejos sobre cómo leer las etiquetas de los alimentos.
¿En qué consiste la etiqueta de los alimentos?
El etiquetado se trata del medio a través del cual los fabricantes de los productos informan a sus consumidores acerca de las características que presentan los alimentos que desean comprar.
El mismo ofrece información tanto de la identidad como de la composición de los alimentos (denominación e ingredientes), al igual que datos para proteger la salud y utilizarlos de forma segura (presencia de alérgenos, fecha caducidad, modo de conservación y cocción).
De igual manera, informa acerca de sus características nutricionales (cantidad de calorías, grasas, proteínas e hidratos de carbono, entre otros).
¿De qué manera deben leerse las etiquetas que incluyen los alimentos?
Leer las etiquetas de los productos alimenticios no se trata de leer esos mensajes que suelen presentarse en letras grandes y atractivas, las cuales normalmente aluden a propiedades saludables, pero que no en todos los casos son efectivas.
En realidad, leer el etiquetado de estos productos consiste en darle la vuelta a los envases para leer las letras pequeñas, en las que se indica “Ingredientes”.
Asimismo, antes de comenzar a leer la información nutrimental de los alimentos, es importante que te asegures de comprobar que no se encuentran caducados. En este sentido, debes saber que normalmente la fecha de caducidad se muestra “día/mes/año”.
Dicho esto, algunos aspectos a los que debes prestar atención al leer las etiquetas de cualquier producto, son los siguientes:
1. Tamaño de la ración
El tamaño de la porción o ración, permite conocer cuántas tazas o trozos de alimentos se espera que consuma, y también cuántas porciones se incluyen dentro de cada envase.
La cantidad tanto de calorías como de cada uno de los nutrientes incluidos suelen corresponder al tamaño de cada porción, por lo que en muchos casos no se refieren específicamente a todo el paquete.
2. Cantidad de calorías
Las calorías señaladas son equivalentes a una porción del alimento, y las “calorías de las grasas” muestran cuántas calorías de grasa existen dentro de cada porción.
Consumir un gran número de calorías diarias, está especialmente vinculado tanto con el sobrepeso como con la obesidad, por lo que también incrementa el riesgo de desarrollar diabetes, cardiopatías, e incluso cáncer.
3. Nutrientes
Los nutrientes consisten en sustancias presentes en los alimentos, las cuales resultan esenciales para que el organismo pueda desarrollarse, y funcionar correctamente en todo momento.
Dentro de la etiqueta de “Datos Nutricionales”, suele ser común que los primeros nutrientes enumerados sean aquellos que tienes que consumir en menor calidad, por ejemplo, grasas, colesterol, grasas trans, sodio y grasas saturadas.
Mientras que los nutrientes que suelen enumerarse después, consisten en los que tienes que ingerir en mayor medida, por ejemplo, vitaminas, fibra dietaría, hierro y calcio.
4. Porcentaje (%) de valor diario
Dentro de este apartado se indica cómo los nutrientes incluidos en una porción, pueden contribuir en tu dieta cotidiana.
Esto incluye aquellos que tienes que consumir más (por ejemplo, vitaminas) y también los que tienes que ingerir menos (grasas, por ejemplo). Cabe mencionar que los valores diarios están basados en una dieta compuesta por unas 2.000 calorías.
5. Aditivos
Esta clase de sustancias suelen ser agregadas en los alimentos con el fin de proporcionarles un mayor tiempo de durabilidad; no obstante, los efectos que producen en la salud continúan siendo motivo de debate.
Lo más habitual suele ser conseguirlos dentro de las etiquetas de los alimentos a través de su nombre completo, o solo mediante la letra “E” acompañada por algunos números.
6. Nota al pie de página
La información que se incluye dentro de las etiquetas luego del asterisco (*), suele ser denominada “pie de página”. La declaración “Los valores porcentuales diarios están basados en una dieta de 2.000 calorías” tiene que aparecer en todas las etiquetas de productos alimenticios.
La otra información que se muestra dentro del pie de página podría no incluirse en varios envases, sobre todo cuando las dimensiones de la etiqueta son muy pequeñas.
7. Origen
Ciertos alimentos, por ejemplo, el pescado, las hortalizas, las frutas, la miel, las legumbres e incluso, los huevos, tienen que incluir dentro de sus etiquetas su lugar de origen.
Es recomendable que prestes especial atención en el caso de productos específicos como las conservas de vegetales, debido a que en ocasiones su envase destaca que fueron “elaborados” en ciertas regiones, pero al leer el origen, mostrará un país diferente.
Esto significa que los vegetales fueron cultivados en algún otro país, y que luego fueron envasados dentro del territorio. Para terminar, cabe decir que conocer y entender qué estás consumiendo, resulta de gran importancia para poder cuidar apropiadamente tu salud.
Y aunque dejarte llevar por la variedad de productos disponibles dentro del mercado puede ser muy fácil, leer las etiquetas de los alimentos te ayuda a calcular tanto su consumo como su periodicidad.